Cupido durmiente (Miguel Ángel)

Es una obra desaparecida desde el siglo XVII, y se considera plausible que hubiera sido destruida en el incendio del extinto palacio de Whitehall de Londres en 1698.

[1]​ Después de una breve estancia en Bolonia, regresó Miguel Ángel a Florencia, donde esculpió el Cupido, al verla, una vez terminada, Lorenzo di Pierfrancesco de Médici (1463-1503) le dijo al escultor: «Quizá si la enterraras y la trataras para darle el aspecto de una obra antigua, la enviaría a Roma, donde estoy seguro de que creerían que es una antigüedad y la venderías mucho mejor».

La escultura fue vendida como una pieza de la Antigüedad[2]​ encontrada en un hallazgo arqueológico al cardenal Riario, sobrino del papa Sixto IV, quien pagó doscientos ducados de oro, pero el marchante que se encargó de la operación le entregó a Miguel Ángel solo treinta ducados.

Comprado más adelante por César Borgia en 1502, terminó finalmente regalado a Isabel de Este.

Aparece documentado en un inventario en Mantua de 1542, y allí habría permanecido hasta al menos 1627.

Cupido durmiente en una pintura de Giulio Romano .