limpiando, descubre una inscripción dejada por la víctima pero, acuciada por su colega, la camufla esperando de poder volver.
El asesino, finalmente liberado de su escondrijo, se entrega a un juego peligroso con Gabriella, también fascinada por este personaje que le da miedo.
Después de haber imitado juntos todos los gestos que lo han conducido al asesinato, el asesino busca el golpe fatal pero resbala y se mata en su caída.
Gabriella aprovecha entonces que está inanimado para cortarle la cabeza con un cuchillo, después de haber conectado un magnetófono.
Teniendo el hacia el extremo de brazo y sus manos ensangrentadas, Gabriella siendo murmurar: "Ga-brizna-lo-la".