Por esta época, el duque le sugirió que usara un seudónimo y, tras comentarlo con Bertrand Xau, director de Le Journal, este le propuso un nombre ruso, debido a la reciente visita a París del zar Nicolás II; Sailland contestó: Cur non?
(«¿por qué no?» en latín) y a esto se le ocurrió añadir la terminación sky propia de los apellidos rusos.
[2] Desarrolló una notable labor periodística, con un lenguaje ingenioso, humorístico, rico en juegos de palabras, con un tono en ocasiones algo malicioso y picante.
En 1927 fue elegido «príncipe de los gastrónomos» en un plebiscito realizado en el periódico Paris-Soir.
Su principal lema era «las cosas han de tener el gusto que les es propio».