[1] El principal arquitecto del sistema fue el científico británico Stafford Beer, quien entendía que la cibernética, desde el período de la Posguerra mundial, podría ser la próxima ciencia del estudio del control y la comunicación, una que permitiría encontrar asuntos en común entre el funcionamiento complejo de los sistemas sociales (organizaciones), biológicos (organismos) y mecánicos (máquinas).
Su contribución novedosa también puede rastrearse en América Latina, en donde los estudios sobre la relación entre Estados, gobiernos y desarrollo tecnológico muestran pocos casos similares.
[1] A manera de contexto, el gobierno de Salvador Allende, al nacionalizar y anexar diversas empresas expropiadas al área social del Estado entre los años 1970 y 1973, comenzó a replantear el sistema económico coordinando la información de las empresas existentes estatales y las recientemente nacionalizadas.
[1] Junto a Raúl Espejo, quien también trabajaba en CORFO y posteriormente fuera director operacional del proyecto, escribió una carta a Stafford Beer con el propósito de invitarlo a implementar en Chile el VSM (modelo del sistema viable), modelo que describía en su libro The Brain of the Firm (Allen Lane, London, 1972).
El proyecto se llamó Cybersyn, "sinergia cibernética" (del inglés Cybernetic Synergy), o Synco, "sistema de información y control".
Cybersyn o Synco nunca pudo ser aplicado y fue abortado irrevocablemente.
En el centro de control en Santiago, un computador procesaba a diario la información recibida desde las fábricas.
Al procesar tal información, se obtenían predicciones de corto plazo y recomendaciones para realizar mejoras.
Los resultados eran discutidos en la sala de operación y se elaboraba un plan global.
La coordinación de esta red estuvo a cargo del ingeniero, ex marino y traductor de Stafford Beer Roberto Cañete, quien ya contaba con experiencia en redes comunicacionales.
La información era transmitida una vez al día por las empresas a la central de ECOM.
Para identificar las variaciones que reflejaban cotidianamente las empresas se utilizó estadística bayesiana, y en particular se usó el modelo de Harrison-Stevens,[6] definiendo sus actividades con amplificadores, filtros y formas predeterminadas de normalidad, alerta y crisis, creando un modelo prospectivo dinámico que anticipaba posibles crisis, ayudando a aplicar soluciones antes de que estas ocurrieran.
Sin embargo, Cyberstride solo fue aplicado en forma piloto, quedando frustrada una de las principales iniciativas técnicas del proyecto Cybersyn.
El equipo de diseñadores industriales estuvo conformado por Rodrigo Walker, Guillermo Capdevila, Alfonso Gómez, Guillermo Cintolesi, Fernando Shultz, Michel Weiss (Alemania), Wolfgang Eberhagen (Alemania) y Werner Zemp (Suiza).
La sala era hexagonal, forma orgánica que permitía la correcta disposición de los dispositivos.
Para esto los participantes usaban un botón rotatorio personal que les permitía enviar una señal en tiempo real a un aparato de madera y circuitos analógicos.
Este sistema requería del más profundo compromiso y honestidad de las partes del sistema, situación imposible en esa época por la inestabilidad socioeconómica en que vivía Chile.