Dómine

A la caída de la tarde se procede al ahorcamiento y después a su decapitación, desmembración y reventamiento... hasta que lo que queda del Judas es difícil de discernir.

El ahorcamiento se organiza atando una cuerda al cuello del Judas y pasando después cada extremo de ella por ventanas o balcones opuestos de una calle.

Los dómines que acompañan a esta costumbre son cuartetas de rima asonante, picantes, irreverentes y en su mayoría anticlericales, genuinas de Miguelturra y conocidas por toda la geografía española por el eco que han tenido en muchos grupos folclóricos.

Tras cada verso de la cuarteta, pronunciada por un solista, un coro canta un ¡Dómine!

en tono pseudosolemne o en falsete, parodiando el Domine Jesuchriste!