Dagón (de la raíz semítica דגן D-g-n, «grano, cereal»; posteriormente relacionado con la raíz dag, «pececito»; en hebreo: דגון, Dāgōn) o más acertadamente Dagan (Sumerio: 𒀭𒁕𒃶, romanizado: da-gan;[1] Fenicio: 𐤃𐤂𐤍, romanizado: Dāgān, y también Dagan para el ugarítico)[2] era un dios que fue adorado en todo el Oriente Próximo, especialmente en la zona de Siria.
[3] Entre las tribus cananeas, la más dominante eran los amorreos (que algunas veces son tomados como representantes de los cananeos en general (Génesis 15:16 ; 1 Reyes 21:26 )).
A su vez, entre los fenicios y sidonios, la deidad suprema Él era identificada con Dagón.
Dagon (posteriormente denominado Ba'al Hammon por los cartagineses) se encuentra en un sello que tiene ciertas señales simbólicas con una provisión de trigo (lo cual lo relaciona con la agricultura).
En el archivo de Ebla también se han encontrado tablillas que le mencionan.
[9] Estas teogonías continuarán en el tiempo en Oriente Próximo y Mesopotamia con pequeños cambios, hasta la llegada del periodo helenístico.
Se ha identificado por el hallazgo de dos estelas con inscripciones dedicadas a Dagan.
Constaba de un patio enlosado y una sala cuadrada, con una escalera para acceder a la azotea.
En el exterior del templo se encontraron 15 piletas de piedra destinadas a las abluciones.
Del texto recibido de los Setenta parece que también tenía pies, aunque la edición Swete da a este punto una lectura diferente.
Algunos especialistas, sin embargo, no dan valor a estos datos, y consideran que Dagón era el dios de la agricultura.
[12] (Reducido a un otium cum dignitate, de su primitiva potencia procreadora simbolizada por el toro no le queda en los textos ugaríticos más que el engendrar al lucero matutino Sahar y vespertino Sglm junto a los llamados «dioses graciosos y bellos»).
El culto a Dagan era propio de los amorreos del siglo XXII a. C. Hacia finales del siglo XXI a. C. los elamitas ocuparon la región asirio-babilónica, destruyeron los templos y cuando reconstruyeron las ciudades, lo hicieron con el “beneplácito de los dioses”.
Entre los fenicios y sidonios, la deidad suprema El era el equivalente de Dagón; y dado que a Dagón lo consideraban "padre de Baal"[13] queda aún más evidente la equivalencia.
Este culto se mantuvo, por lo menos en ciertas ciudades filisteas, hasta los últimos siglos a. C. Este era el caso de Asdod; el templo de Dagón que estaba allí fue quemado por Judas Macabeo (l Mac.10, 84; 11, 4).
A él atribuyeron su éxito en la guerra; le dieron gracias con grandes sacrificios, ante él se regocijaron por la captura de Sansón (Jueces 16, 23); a su templo llevaron los trofeos de sus victorias: el Arca (I Samuel 5, 1, 2), la armadura, y la cabeza de Saúl (1 Samuel 31, 9, 10; I Crónicas 10, 10).
Los acuerdos detallados para devolver el Arca (1 Samuel 5; 6) puede haber estado inspirados más por las circunstancias que por cualquier ceremonia del culto a Dagón.