David Rosenmann-Taub

Su maestro de composición, contrapunto y fuga fue el gran compositor chileno Pedro Humberto Allende Sarón, aunque también tuvo otros profesores como Roberto Duncker, Carlos Isamitt o Andrée Haas.

[6]​ Rosenmann-Taub comenzó a escribir poesía desde muy joven, y su primera obra, un largo poema titulado El adolescente, apareció en la revista literaria Caballo de Fuego en 1945.

El mismo año en que terminó la universidad, ganó el premio del Sindicato de Escritores con el manuscrito del primer volumen de Cortejo y epinicio, que sería publicado en 1949 por la editorial Cruz del Sur y recibiría los elogios de Alone.

A este primer libro le seguirán, en las tres décadas posteriores, más de diez poemarios, incluidos Los surcos inundados, galardonado con el Premio Municipal, La enredadera del júbilo, Los despojos del sol y El cielo en la fuente.

[6]​ Su poesía siempre ha sido admirada por lectores exigentes y diversos.