De lo sublime

Una cuestión difícil de resolver está vinculada a la identidad del autor, que sigue siendo desconocido: en las fuentes antiguas, de hecho, nunca se menciona su nombre, y esto crea incertidumbre en la asignación del tratado.

[2]​ Sin embargo esta atribución es difícil de sostener: Dionisio mantenía posiciones irreconciliables con las expresadas en el tratado, mientras para Longinus la dificultad es puramente cronológica.

Está escrito en forma epistolar y la parte final, posiblemente relacionada con la rétórica, se ha perdido.

Está dedicado a Posthumius Terentianus, una figura romana y pública culta, aunque poco se sabe de él.

[10]​ Como tal enfatiza que, para ser un escritor verdaderamente grande, los autores deben tener «excelencia moral».

[11]​ De hecho, los críticos especulan que Longino evitó la publicación en el mundo antiguo «por modestia o por motivos prudenciales».

El objetivo de un escritor no es expresar sentimientos vacíos, sino despertar emociones en su audiencia.

[13]​ En el tratado, el autor afirma que «lo sublime lleva a los oyentes no a la persuasión, sino al éxtasis: porque lo maravilloso siempre va junto con una sensación de consternación, y prevalece sobre lo que es solo convincente o deleitable, la persuasión, como la regla, está al alcance de todos: mientras que lo sublime, dando al habla un poder invencible y una fuerza [invencible], se eleva sobre cada oyente».

Además, el crítico del siglo XVIII Edward Burnaby Greene encuentra que Longino, en ocasiones, es «demasiado refinado».

[17]​ Greene también afirma que el enfoque de Longinus en las descripciones hiperbólicas es «particularmente débil y mal aplicado».

Dado que la fórmula retórica de Longino evita dominar su trabajo, la literatura sigue siendo «personal y fresca», única en su originalidad.

[17]​ Además, el autor inventa sorprendentes imágenes y metáforas, escribiendo casi líricamente a veces.

Al leer De lo sublime, los críticos han determinado que el antiguo filósofo y escritor Platón es un «gran héroe» para Longino.

La Victoria de Samotracia, una representación plástica de lo sublime.
Cornelio Tácito, cuyo pensamiento era cercano al del autor De lo sublime.
La obra de Safo es uno de los ejemplos incluidos en De lo sublime.
Platón es el principal referente del autor De lo sublime.
Francesco Robortello fue el introductor de la obra en el Renacimiento.
Nicolás Boileau, su traducción de la obra fue clave para la formación del gusto barroco.
Edmund Burke sigue las ideas De lo sublime
Werner Herzog se identifica con los planteamientos De lo sublime