Death Is My Trade

El verdadero Rudolf Höß inicialmente se ocultó bajo ese nombre (falso) después de la Segunda Guerra Mundial como supuesto marinero, hasta que fue descubierto y arrestado en 1946.

Pero él quiere cumplir la voluntad del líder de su grupo previamente caído y permanecer en la posición de ametralladora el mayor tiempo posible y disparar al fugitivo.

Un poco más tarde es ascendido a sargento porque Franz es el único superviviente de una batalla desesperada.

En 1920 se unió al grupo de extrema derecha Freikorps Roßbach, que participó, entre otras cosas, en el levantamiento del Ruhr contra los trabajadores revolucionarios de izquierda y en los países bálticos.

Impresionado por el lenguaje combativo utilizado allí, Franz Lang decidió unirse al NSDAP.

Años antes se había escapado con el dinero del Freikorps y ahora no tenía ni un centavo.

El NSDAP le ayudó en su reinserción social y a encontrar empleo en la finca agrícola del exbarón von Jeseritz, cercano al partido.

Este pronto queda impresionado por los logros de Lang y lo apoya aún más: le entrega una granja abandonada para que la gestione de forma independiente y le propone casarse con Else, que fue elegida por el propio barón y que, según la teoría racial nazi, corresponde a la imagen ideal de una mujer aria.

Lang enfatizó a su esposa que el Reichsführer SS lo eligió principalmente por su talento organizativo y porque sabía cómo era la prisión; después de todo, él mismo había estado prisionero durante casi cinco años.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Lang fue llamado nuevamente por Himmler en 1941, quien le informó, en secreto, sobre el plan de exterminar a los judíos ordenado por Hitler y los campos previstos para este fin en Polonia.

Los asesinatos cometidos hasta ese momento todavía eran demasiado ineficaces para la dirección del partido.

Más o menos por casualidad, a Lang se le ocurrió la idea de utilizar el veneno Zyklon B como solución higiénicamente limpia y eficaz para el gaseamiento masivo de prisioneros deportados a Auschwitz.

En la película, el director Theodor Kotulla evita conscientemente en gran medida la música de fondo.

De esta manera, Höß –anonimizado y generalizado bajo el seudónimo de Franz Lang– se convierte implícitamente en una figura identificativa del horror al intentar presentar al espectador una imagen especular en sentido figurado.

En los últimos tiempos, asesinatos similares también han sido calificados como feminicidio en algunos medios..