Al mismo tiempo, una misteriosa mujer llamada Yuri (Yuhki Takeuchi) parece presentir que el ataúd fue robado y también comienza a seguirlo.
Grave la encuentra y confronta, por lo que Yuri le ofrece la espada, pero el tampoco es capaz de desenvainarla, ambos se enfrentan y la muchacha sale victoriosa sin esfuerzo, demostrando habilidades sobrehumanas, por lo que se lleva el ataúd.
Yuri ha llegado a los alrededores del Bosque Prohibido, que se encuentra en el centro de un enorme cráter y allí la intercepta Grave, quien la reduce sin dificultad explicando que solo lo derrotó porque el hambre lo había debilitado demasiado y haciendo caso omiso a las advertencias de la muchacha persigue al interior del bosque a Sid, quien aprovechó la pelea para robar el ataúd.
Ryuen encuentra a Sid herido quien antes de morir confiesa que su intención era usar el deseo para resucitar a su hija; Yuri alcanza al novicio y confirma las sospechas del monje superior: la Diosa de la Destrucción fue una entidad poderosa que hace mucho casi destruyó el cielo antes de ser exiliada al mundo mortal, donde su poder le fue arrebatado y sellado dentro del ataúd, pero si este fuera depositado en el altar al interior del bosque la diosa recuperaría sus fuerza, obteniendo la libertad para destruir este mundo y el cielo; por ello le devuelve la espada al joven y le encomienda que lo evite a toda costa.
De entre las ruinas de la pelea logran salir con vida Ryuen y Yuri para ver como desde el cielo caen sin cesar cadáveres de ángeles, la joven revela que ella misma es un ángel a quien la diosa en el pasado le arrancó las alas y dejó varada en la tierra, ahora que ha subido al cielo ha comenzado un genocidio ya que no hay nadie con la fuerza para enfrentarla.