Declaración de Cartagena

Fue adoptada por delegados de 10 países latinoamericanos: Belice, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá y Venezuela.

Son refugiados: Esta definición permite ampliar el alcance temporal y geográfico de los riesgos en los que se encuentran los refugiados y, además, cubre algunos de los efectos indirectos como la pobreza, el declive económico, la inflación, la violencia, las enfermedades, la inseguridad alimentaria, la desnutrición y los desplazamientos..[2]​ La Declaración de Cartagena fue el inicio de un foro permanente entre los países latinoamericanos.

Desde 1984, los firmantes de la declaración vuelven a reunirse cada 10 años e incluso han ampliado su alcance para incluir a los países del Caribe.

Ningún otro continente o región cuenta con un foro semejante.

[4]​ La decisión fue posible gracias al reconocimiento del Comité Nacional para los Refugiados (CONARE).