Los dos líderes declararon solemnemente ante los 80 millones de coreanos y el mundo entero que no habrá más guerra en la Península Coreana y, por lo tanto, ha comenzado una nueva era de paz.
Corea del Sur y Corea del Norte harán esfuerzos conjuntos para aliviar la aguda tensión militar y prácticamente eliminarán el peligro de guerra en la Península Coreana.
En este sentido, las dos partes acordaron convocar primero conversaciones militares de rango general en mayo.
Poner fin al actual estado antinatural del armisticio y establecer un régimen de paz sólido en la Península de Corea es una misión histórica que no debe demorarse más.
Corea del Sur y Corea del Norte reafirmaron el Acuerdo de no agresión que excluye el uso de la fuerza en cualquier forman una contra la otra, y acordaron adherirse estrictamente a este Acuerdo.
Corea del Sur y Corea del Norte acordaron llevar a cabo el desarme de forma gradual, ya que la tensión militar se alivia y se logra un progreso sustancial en la construcción de confianza militar.