La Declaración de París sobre los recursos educativos abiertos (REA) 2012[1] es una declaración que urge a los gobiernos para que fomenten la utilización de los REA y realiza una llamada para que los materiales financiados con dinero público sean publicados en un formato que pueda ser reutilizado.
En junio de 2012, La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el Commonwealth of Learning (COL) organizaron un Congreso Mundial sobre los REA,[2] este tuvo lugar en la sede de la Unesco en París con el apoyo financiero de la Fundación William and Flora Hewlett.
Hasta ese momento, el movimiento por los REA tenía unos diez años, el término había sido acuñado en otra reunión de la UNESCO en 2012 y el congreso redactó y formalmente adoptó una declaración de diez puntos haciendo un llamamiento para sensibilizar a los estados de los beneficios de la educación abierta.
La declaración estuvo influenciada por el artículo 26 de la Declaración de los Derechos Humanos, el cual dice: "Toda persona tiene derecho a la educación" Además, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales en su artículo 13.1,reconoce: “El derecho de toda persona a la educación”.
Una revisión publicada por la UNESCO en 2015 describe el impacto en las políticas gubernamentales como modesto aunque señala algunos casos de éxito.