Estuvo en servicio desde 1960 hasta la suspensión por el desarrollo del Transbordador Espacial en 1984.
El posterior empuje por parte de la Administración Central Estadounidense a la lucha por la supremacía espacial contribuyó notablemente al perfeccionamiento de los sistemas empleados y, con ello, al rápido desarrollo de la saga Delta.
Hasta principios de los años 1980 el lanzador Delta vio incrementado su tamaño y capacidad, siendo utilizado por la NASA como vehículo primario para poner en órbita satélites de comunicaciones públicas, atmosféricos, científicos y para la exploración planetaria.
Sin embargo, tras 24 años de servicio prácticamente ininterrumpido, la producción del lanzador Delta se vio detenida.
En su lugar, se impulsaron los planes para asignar los lanzamientos de satélites al prometedor proyecto del Transbordador Espacial.