En los Estados Unidos, debutó en el tercer puesto de la lista Billboard 200 con 110 000 copias vendidas, siendo su mejor semana en ventas en el país, desde Here We Go Again en 2009 y su cuarto álbum consecutivo en alcanzar el top cinco.
[8][9] Internacionalmente, logró ocupar un puesto entre los diez primeros de Brasil,[10] Canadá,[11] Croacia,[12] Dinamarca,[13] Escocia,[14] España,[15] Irlanda,[16] Italia,[17] México,[18] Noruega,[19] Nueva Zelanda,[20] el Reino Unido y Taiwán.
El primero, «Heart Attack», escaló hasta el décimo lugar en la lista estadounidense Billboard Hot 100, mientras que en otros países como Canadá, Irlanda, Nueva Zelanda y el Reino Unido se ubicó entre el top diez.
[27][28] El siguiente sencillo fue «Made in the USA», el cual solo ingresó a listas estadounidenses y algunas de Europa.
He experimentado con una variedad de sonidos diferentes y derramé mi corazón al escribir estas canciones.
¡Estoy muy emocionada porque todo el mundo tenga finalmente la oportunidad de escucharlas!»[32] Lovato describe DEMI como «buena y clásica música pop americana» la cual está profundamente influenciada por su sencillo del 2012, «Give Your Heart a Break», según ella, las letras y ritmos «pegadizo» fueron bien recibidas por los fanáticos, por lo cual ella decidió seguir explorando ritmos similares en el álbum.
Estaba escribiendo sobre experiencias personales, y ese es el tipo de canciones en las que no puedes introducir todo en ella».
La última pista del álbum en la edición de Target es «I Hate You, Don't Leave Me», la cual aclamaron por los críticos por sus arreglos acústicos y fue comparada con «Shouldn't Come Back» por las similitudes en la lírica y sonido.
Shouldn't Come Back es la canción de aquí que es más recomendable únicamente por el increíble trabajo acústico".
"[46] Marc Hirsh de The Boston Globe también fue mixto y clasificó el álbum 50/100, que dice que "Demi Lovato suena como si está agarrando a golpes, cuando solía sonar como si estuviera haciendo música y diversión.