La depredación de huevos se encuentra ampliamente presente en todo el reino animal, incluidos peces, aves, serpientes, mamíferos y artrópodos.
Los humanos han introducido accidental o intencionalmente depredadores de huevos, como ratas, en lugares donde antes no había ratas, lo que ha causado daños a especies nativas, como las aves marinas que anidan en el suelo.
Las medidas para controlar a estos depredadores incluyen el uso de huevos envenenados como cebo.
Esto reduce la aptitud evolutiva de los padres cuyos huevos son depredados.
[4] Los depredadores generalistas pueden tener un efecto sustancial sobre las aves que anidan en el suelo, como el chorlito dorado europeo, Pluvialis apricaria: en Noruega, el 78,2% de los nidos de esta especie fueron depredados.
[7] La primatóloga Jane Goodall observó que algunas aves y mamíferos utilizaban herramientas para romper huevos.
[12] Estas serpientes tienen varias adaptaciones a su dieta, como dientes atrofiados y glándulas venenosas, que ya no son necesarias para capturar presas (aunque los pocos dientes de las serpientes africanas que comen huevos todavía se usan para ayudar a agarrar los huevos al tragarlos).
[11][12] Entre los invertebrados, la sanguijuela piscicólida acuática Cystobranchus virginicus es un depredador de huevos.
[14] La teoría de selección r/K implica dos estrategias amplias para sobrevivir a la depredación: reproducirse tan rápidamente (estrategas r) que los depredadores no puedan eliminar a la presa; o proporcionar cuidados suficientes (estrategas K) para un número menor de crías para que suficientes de ellas sobrevivan hasta la edad adulta.
En Costa Rica, se observó que la tasa de depredación de nidos artificiales alcanzó su punto máximo en altitudes intermedias, específicamente entre 500 y 650 metros, mientras que en altitudes superiores, como a 2.740 metros, la depredación disminuyó.
Esta estrategia contrasta notablemente con la selección K observada en las ballenas, mamíferos marinos de dimensiones similares.
Si esta hipótesis es válida, se deduce que los saurópodos debieron optar por una estrategia r -seleccionada, produciendo numerosos huevos relativamente pequeños, en lugar de ser una respuesta específica a la depredación de huevos.
Este efecto puede ser importante en los intentos de restaurar las pesquerías dañadas por la sobrepesca.