El derecho romano permitía los abortos inducidos pero lo regulaba teniendo en cuenta al padre biológico.
En 2011, se informó que Indonesia, Malawi, Siria, Emiratos Árabes Unidos, Guinea Ecuatorial, Kuwait, Maldivas, Marruecos, Corea del Sur, Arabia Saudita, Japón, Taiwán y Turquía tenían leyes que requerían que el aborto fuera autorizado el primer lugar por el marido de la mujer.
[5] Sin embargo, en algunos países, esta estipulación puede ser omitida o anulada si existe una preocupación genuina por la salud materna.
Todas estas leyes se han declarado inconstitucionales, tanto el consentimiento del cónyuge en la decisión de 1976 Planned Parenthood v. Danforth y como el conocimiento del cónyuge en la decisión de 1992 Planned Parenthood v.
La ley establece que una mujer no tiene una prioridad absoluta sobre su cónyuge para decidir si debe tener un hijo.
[26] Melanie McCulley, abogada de Carolina del Sur, en su artículo de 1998, "El aborto masculino: el derecho del padre putativo a terminar con sus intereses y las obligaciones para con el niño por nacer", en referencia a los casos en que hombres que no desean convertirse en padres han sido obligados a pagar la pensión alimenticia.