Debido a un fallo estructural en la construcción, las cinco plantas del edificio se derrumbaron con miles de clientes en el interior.
En total fallecieron 502 personas y otras 937 resultaron heridas de diversa consideración.
En aquella época la construcción estaba limitada a contratistas nacionales, que solían apurar los plazos para asumir el mayor volumen de trabajo posible.
[3] Uno de los conglomerados existentes en aquella época fue Sampoong, fundado en 1963 por el empresario Lee Joon.
En sus orígenes se trataba de una empresa constructora, pero en los años 1970 hizo fortuna con filiales en el sector inmobiliario y en la distribución minorista.
En un primer momento se había planificado un bloque residencial de cuatro plantas, para lo cual subcontrataron a otra constructora.
Las cinco plantas se levantaron con hormigón armado en losa plana y estructura de acero reforzada.
Sin embargo, la constructora cometió varios errores que comprometieron la estabilidad de la infraestructura.
Todos estos detalles no trascendieron a la opinión pública hasta después del derrumbe, en la investigación oficial.
[14] Aunque en un primer momento se apuntaron causas como un escape de gas o un atentado terrorista, ambas opciones fueron descartadas.
[4] Los implicados desvelaron que Sampoong había cambiado el proyecto sobre la marcha para albergar unos grandes almacenes de cinco plantas, cuando en un primer momento solo tenían permiso para levantar un complejo residencial de cuatro pisos.
[5] Lee Joon había tomado personalmente varias decisiones que comprometieron la seguridad del edificio.
[5] Las columnas del quinto piso no estaban alineadas con las de las plantas inferiores, lo cual explica que el ala entera colapsara por completo tras hundirse el techo.
[16] Además, doce cargos públicos del distrito fueron condenados a penas de prisión, inhabilitación y multas por haber aceptado sobornos.
[4] La sentencia apuntó como causa final «una construcción defectuosa, problemas de seguridad y negligencia para con la vida humana».
La familia Lee cedió todo su patrimonio para costear las indemnizaciones al estado y a las víctimas.