Para el evento, se instalan en las calles siete cañones que lanzan grandes cantidades de agua y espuma.
Los seis cañones que lanzan la espuma están colocados en varios puntos de la calle Galiana.
El objetivo primar la calidad, por encima de la cantidad, y evitar el excesivo desmadre e incidentes que se estaban produciendo.
Entre otras medidas adoptadas, queda rigurosamente prohibido, antes, durante y después del recorrido, arrojar cualquier tipo de sustancias y objetos que puedan causar lesiones o daños en las personas o en las cosas.
Además, el conductor responsable del artilugio deberá estar en condiciones favorables para el manejo de este.
En la fiesta puede participar todo aquel que desee siempre y cuando cumpla con los requisitos impuestos por la organización.
Tiene que disponer además de ruedas y no contar con motor.