Desempleo en Argentina

El desempleo en Argentina refleja el número de personas pertenecientes al sector económicamente activo que no tienen empleo a pesar de estar dispuestas a desarrollar una actividad laboral y haber emprendido acciones concretas para obtenerla.

Argentina es miembro de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) desde el año 1919.

[2]​ Toda consideración respecto de cuestiones vinculadas al trabajo se aplica exclusivamente a personas adultas, es decir, personas en edad de trabajar.

[3]​ En este marco, se definen como desempleados (o desocupados) en un período determinado al conjunto de todas aquellas personas que son mayores que una edad específica, se encuentran sin trabajo, están corrientemente disponibles para trabajar y están buscando trabajo durante el período de referencia.

[5]​ Esta modificación estructural en la EPH implica que las series de resultados obtenidas antes del 2003 no pueden ser empalmadas de modo directo con aquellas series producidas con posterioridad a esa fecha.

[6]​ Las últimas dos décadas del siglo XX presentaron tasas crecientes de los niveles de desocupación, con leves amesetamientos que no llegaron a subvertir la tendencia general.

Durante la década de 1990 el desempleo tuvo un fuerte incremento, entre otras causas debido a la Ley de Reforma del Estado impulsada por el entonces presidente Carlos Saúl Menem.

[12]​ En 2001 ―durante la crisis que azotó al país―, la tasa de desempleo alcanzó su punto máximo, con una cifra del 21,5 %.

En 2014, según destacó un informe producido por dos instituciones de la ONU (Organización de las Naciones Unidas): la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) y la OIT (Organización Internacional del Trabajo), Argentina es el país con los salarios más igualitarios de América Latina, porque la brecha entre el quintil de la población que más gana y el quintil que menos gana es inferior a los 6 puntos (en una escala en la cual la cercanía al cero representa mayor igualdad):[47]​ Según el mismo informe, Argentina es el tercer país de Latinoamérica con mayor proporción de trabajadores formales en relación con el empleo total:[47]​