El desgarrador de senos es un instrumento de tortura con forma de tenaza acabado en cuatro afiladas puntas, utilizado ya durante el Imperio romano y posteriormente por la Inquisición en Europa.
La tortura consistía en aplicar las cuatro puntas estando al rojo vivo o frías sobre los senos, desgarrándolos.
Los lugares donde más uso se hizo, aunque en diferentes épocas, fueron algunas regiones de Francia y Alemania hasta el siglo XVIII.
Aplicado durante varios siglos, un número indeterminado de mujeres que fueron condenadas por delito de herejía, blasfemia, adulterio, aborto provocado, otros “actos libidinosos”, magia blanca erótica y algún otro delito padecieron este tormento en sus senos.
Además del uso tormentoso, el desgarramiento sirvió también como procedimiento persuasivo inquisitorial y judicial.