El cuadro muestra en un encuadre cercano a una mujer desnuda apoyada en el borde de un sofá granate en un interior sencillo y cotidiano.
El fondo no ofrece distracciones, lo que permite al espectador admirar plenamente la belleza de la modelo.
El sutil color pálido de la piel sugiere juventud y virginidad, como una clásica Virgen del Renacimiento, aunque sin ropa.
Modigliani produjo unos veintiséis desnudos en el período 1916-1919, para los cuales su mecenas, el marchante de arte Léopold Zborowski, estaba acostumbrado a encontrar modelos profesionales.
Sin embargo, cuando se inauguró la exposición, fue cerrada inmediatamente por orden de la policía, ya que sus pinturas fueron consideradas obscenas y pornográficas.