Gabriela Mistral dedicó esta edición a Juana de Aguirre y a Pedro Aguirre Cerda, este último figura esencial en la trayectoria de la escritora.
La belleza y originalidad de la poesía de Desolación fue mérito suficiente para que la hasta ese momento desconocida y joven poeta chilena, fuera tempranamente reconocida a nivel internacional.
Desolación constaba originalmente de cinco secciones: "Vida", "Escuela", "Infantiles", "Dolor" y "Naturaleza".
Mientras que para Julio Saavedra, Desolación "no es, pues, un libro de versos como hay tantos, sin materia dramática.
Al revés, su lirismo hunde las raíces en una tragedia vivida y en los sentimientos derivados.