La determinación implica exclusivamente la ausencia de azar en la cadena causa-efecto que da lugar a un suceso concreto.
Ha habido autores como Karl Popper o Ilya Prigogine que han intentado rebatir este determinismo en la física clásica con base en argumentos tales como la existencia de sistemas con bifurcaciones, la flecha del tiempo, el caos, etcétera.
Sin embargo, según M. López Corredoira, todo lo que están haciendo estos autores es básicamente confundir de manera inapropiada el determinismo con la predictibilidad.
[cita requerida] Si en la mecánica clásica se podía imaginar el universo como un sistema consecuente, causal, único y, por lo tanto, predecible, con la introducción de la mecánica cuántica ya no es ontológicamente posible darlo por sentado, sino que es necesario tener en cuenta que algunos fenómenos fundamentales de la realidad solo se pueden describir en términos probabilísticos.
[9] Sin embargo, la cuestión del determinismo en la física moderna sigue siendo debatida: por un lado, la teoría de la relatividad de Albert Einstein, que representa un avance respecto a la mecánica newtoniana, se basa en un marco determinista; por otro lado, el propio Einstein se opuso a la visión indeterminista de la mecánica cuántica, como lo demuestran los célebres debates con Niels Bohr que continuaron hasta su muerte.
[9] La mayor parte de la comunidad científica considera la mecánica cuántica como un evento azaroso y no determinista, al basarse en probabilidades y al parecer no estar regida por principios comunes a la mecánica tradicional.
El determinismo presupone una visión estructuralista del universo, que sin embargo choca con los límites humanos en cuanto al conocimiento y la comprensión de la realidad.
[cita requerida] El calvinismo, en sus ramas más extremas, mantiene que el ser humano carece de libre albedrío y está predestinado;[cita requerida] mientras que otras corrientes del protestantismo se oponen en general al determinismo y señalan que, si Dios es omnipotente, también puede hacer libre al ser humano aunque sepa lo que va a hacer con esa libertad; es decir, Dios y el ser humano son autores, conjuntamente, de este último.