Ingrid Levin-Hill es castigada en clase, y se ve obligada a ir el sábado por la mañana al temido Festival de Matemáticas.
De camino, es secuestrada y amordazada, aunque finalmente consigue escapar.
Sin pruebas, se verá obligada a defender su situación sin que nadie la crea.
Se mantienen los mismos que en Al otro lado del espejo, excepto Vincent Dunn y Kate Kovac, que mueren en la primera obra.
En esta novela, aparecen personajes nuevos, además de hacer hincapié en otros que aparecen en Al otro lado del espejo de una manera más fugaz: