Se da inicio a gestiones en Washington para readecuar mediante un préstamo la deuda contraída durante la administración del Capitán general José María Medina con bancos ingleses y franceses para la construcción del ferrocarril interoceánico.
Arthur William King, este tratado beneficiaba enormemente las condiciones del país, con respecto a la deuda internacional.
En 1954 el gobierno de Juan Manuel Gálvez canceló la deuda externa en su totalidad.
[4] El principal argumento para que un país contraiga una deuda es que teóricamente permite conservar los recursos propios y recibir recursos ajenos para explotar, procesar o producir nuevos bienes y servicios.
En una década, la deuda creció hasta 560.000 millones de dólares, aunque aún era asumible si se hubieran mantenido los términos en los que fue contratada.
Existe también el concepto de Deuda odiosa, aplicado por primera vez en 1898 para establecer como ilegítima la deuda que Filipinas tenía con España, una vez que España había sido derrotada y perdido su colonia frente a Estados Unidos.
Esta doctrina está presente en la discusión de la deuda externa de algunos estados donde la deuda externa ha sido engrosada por dictaduras y gobiernos no representativos, con fines de enriquecimiento personal o corporativo o para la represión social y política.
En 1927, Alexander Sack, profesor de derecho internacional, definía en estos términos la deuda execrable: