La devillina es un mineral, sulfato de calcio y cobre, con hidroxilos e hidratado, descubierto en ejemplares procedentes de una mina no precisada de Cornualles, en Reino Unido.
El nombre de devillina, propuesto por Félix Pisani,[1] es un homenaje al químico francés Henri Etienne Sainte-Claire Deville (1818–1881).
Aparece en forma de agregados divergentes de cristales laminares o aciculares, muy finos, con exfoliación perfecta según {001}, y color entre verde esmeralda oscuro y azul verdoso, de un tamaño individual que puede alcanzar el centímetro, pero generalmente mucho menores.
Es relativamente frecuente, conociéndose en varios centeneres de localidades.
En España se han encontrado ejemplares notables en la mina Casualidad, en Sierra Alhamilla, Pechina (Almería),[4] así como en la mina Serrana Segunda, en Gallinero de Cameros (Rioja) y en la mina Berta, en San Cugat del Vallés (Barcelona).