Son de absorción oral muy rápida y muy hidrosolubles.
Su distribución en el organismo es muy amplia (llegan al feto) y se quedan unidas a los tejidos.
Se usan normalmente como potenciadoras de las sulfamidas unidas a ellas en una relación 5:1.
Así se obtienen las sulfamidas potenciadas (pocos efectos tóxicos y de amplio espectro).
Ejemplos de diaminopirimidinas usados en veterinaria y en humanos es la Trimetoprima que se vende en comprimidos y suspensiones junto con el antibiótico sulfametoxazol, otro es la Pirimetamina.