La narración se ubica en un lapso de alrededor de una quincena en los meses de junio y julio del año 1969, que aunque no está expresado se sobrentiende por ciertos datos, el más claro en la página 146 de la edición de 1970 donde un taxista le comenta a Vidal: "el gobierno es muy abusador, sino fíjese en los teléfonos", en clara alusión a la imposición en 1969 del pulso medido, hecho que derivó en un enorme aumento del costo del servicio telefónico, al extremo que ya casi nadie prestaba el teléfono, un bien escaso para esa época.
La novela se publica ese mismo año cuando, la Argentina, que estaba gobernada por el régimen dictatorial encabezado por el general Juan Carlos Onganía que en 1966 había derrocado al presidente constitucional Arturo Umberto Illia, asistía al desarrollo de organizaciones guerrilleras integradas en su mayoría por jóvenes de 20 a 30 años.
La novela está enfocada en el personaje de Isidoro Vidal, un hombre que si bien está jubilado, se encuentra en el límite de la vejez, al punto que algunos lo encuadran como “viejo” y otros, no.
Los viejos se debaten entre los deseos de continuar su vida normal, la indignación y el miedo e incluso las relaciones familiares comienzan a ser afectadas.
En 1975 Leopoldo Torre Nilsson dirigió la película La guerra del cerdo basada en la novela de Bioy Casares.