Al poco tiempo lo llamaron para hacer una nota en el Diario La Prensa y el subdirector le ofreció trabajar ahí.
Luego viajó a Estados Unidos donde estudió por tres años haciendo cualquier tipo de cursos.
Y de su propia autoría se encuentra Ponete en mi lugar.
[4] Manejó las campañas publicitarias de importantes firmas nacionales e internacionales.
Sus restos descansan en el Cementerio Parque del Buen Ayre, de Bella Vista.