Poco tiempo después de recibirse como abogado ingresó a las Naciones Unidas como asistente y después jefe del gabinete de Raúl Prebisch, el estadista argentino que promovió por primera vez la integración política y económica de América Latina y lideró los esfuerzos del Tercer Mundo para cambiar las bases en las que se había asentado durante décadas el sistema económico internacional.
Colaboró con Prebisch en la creación de la UNCTAD y durante el período en que esa organización dio sus primeros pasos.
Designado director de la Secretaría del Consejo Económico y Social puso en vigor lo que llamó la nueva diplomacia para el desarrollo, que con el tiempo adoptaron todos los organismos económicos multilaterales.
Fue colaborador cercano de U Thant y de sucesivos secretarios generales, que le encargaron desde muy joven misiones políticas especiales en la República Dominicana, Pakistán, Bangladés, Libia, Malta, Cuba, Venezuela, Guyana.
Fue enviado especial de la ONU cuando el personal diplomático estadounidense en Teherán fue tomado como rehén y mediador en la guerra entre Irak e Irán.