El estudio de las diferencias por sexo en el crimen puede pertenecer a campos como la criminología (el estudio científico del comportamiento criminal) o la sociobiología (que trata de demostrar una relación causal entre factores biológicos, en este caso sexo, y las conductas humanas).
Una diferencia observable en las tasas de crimen entre hombres y mujeres puede deberse a factores sociales y culturales, crímenes que permanecen sin denunciar o a factores biológicos (como señalan las teorías sociobiológicas).
Otros factores como la raza, color de piel, orígen étnico, religión, ideología, nacimiento y orientación sexual no fueron tomados en cuenta o fueron considerados irrelevantes.
Los primeros resultados del estudio indicaron que el autocontrol bajo se correlacionó de forma altamente positiva con la conducta delictiva en ambos sexos, pero fue especialmente significativo en los hombres.
En las mujeres, la relación llegó a ser significativa cuando la oportunidad se presentó y considerando siempre el nivel de autocontrol.
[3] En este estudio, la oportunidad se mide por el número de noches por semana en que los individuos salen con fines recreativos.
Por cada mujer, 1,28 hombres beben alcohol, que es un gran factor de influencia en la conducta criminal o delictiva.
Asimismo, hay más hombres que mujeres involucrados en homicidios, tanto como perpetradores como víctimas.
Dichos datos generalmente muestran que los hombres tienden a infligir el mayor porcentaje de lesiones en la violencia doméstica.
[9][10] La ONU califica la violencia contra las mujeres mundialmente como «una pandemia» que impera en todos los países del mundo.
Por otro lado, en la aparición de la delincuencia en la adolescencia no encontraron problemas similares a los hallados en la infancia.
Los varones podían aumentar su éxito reproductivo mediante la poliginia, lo que daría lugar a la competencia con otros hombres por las mujeres.
"[16] Por otra parte, los acusados masculinos y femeninos en los tribunales han denunciado haber sido asesorados para comportarse de manera diferente según su género; las mujeres en particular recuerdan haber sido aconsejadas para expresar "pasividad silenciosa", mientras que los hombres se les animaba a ser "asertivos" en interrogatorios y testimonios.
[17] En los Estados Unidos, los hombres son mucho más propensos a ser encarcelados que las mujeres.
Casi 9 veces más hombres (5.037.000) que mujeres (581.000) en algún momento fueron encarcelados en una prisión estatal o federal al cierre del ejercicio 2001 aunque sea por una vez.
En particular, las tasas de arrestos para las mujeres tuvieron un incremento considerable en los siguientes delitos: robo (+20,2 %), hurto-robo (+29,6 %), e incendios provocados-delitos contra la propiedad (+24,7 %).