Cada hembra pone 30 huevos aproximadamente, a una profundidad de entre tres y siete centímetros bajo tierra.
En densidades mayores, como por ejemplo, 5 isocas por metro cuadrado, se aconseja implementar medidas de control.
[2][4]Esta no es la única especie presente en cultivos, llegando a encontrarse hasta seis tipos de isocas diferentes.
No obstante, la que más afecta a los cultivos es la larva de Diloboderus abderus, que se distingue de las otras por tener una cabeza más ancha y rojiza (blanquecina en las otras especies).
Otro aspecto distintivo son las setas del raster, visibles a simple vista o con ayuda de una lupa.