Es el tioéter más sencillo, es un líquido inflamable que hierve a los 37 °C (99 °F) y tiene un olor desagradable bastante característico.
Forma parte del olor producido por la cocción de algunos vegetales, en particular el maíz, la col, la remolacha y el marisco.
El DMS se obtiene principalmente del DMSP, un importante metabolito secundario de algunas algas marinas.
[5] El DMS es el compuesto biológico de azufre más abundante que se libera a la atmósfera.
[10][11] La hipótesis CLAW sugiere que, de este modo, el DMS puede tener un papel fundamental en la homeostasis planetaria.
[12] El fitoplancton marino también produce dimetilsulfuro,[13] y el DMS también se obtiene por la división bacteriana del DMSP extracelular.
[20][21][22] En personas con enfermedades hepáticas crónicas (cirrosis), se pueden presentar niveles elevados de dimetilsulfuro en el aliento, lo que provoca un olor desagradable (fetor hepaticus).
Forma complejos con muchos metales de transición, pero estos aductos suelen ser poco estables.
Con agentes clorantes como el cloruro de sulfurilo, el dimetilsulfuro se convierte en clorodimetilsulfuro: SO2Cl2 + (CH3)2S → SO2 + HCl + (ClCH2)(CH3)S Al igual que otros compuestos con metiltio, el DMS se desprotona gracias al butil-litio:[27] BuLi + (CH3)2S → BuH + (LiCH2)(CH3)S El dimetilsulfuro es muy inflamable e irrita los ojos y la piel.