Vivía con su madre, su tío, su abuelo y su pequeña hermana a la que él adoraba, en una pequeña extensión de campo en la que trabajaban y con cuyos productos sobrevivían.
Cuando Dionisio se enteró, corrió en busca de su tío, quien al oír lo que acontecía, salió de su habitación y se trabó en lucha con el abuelo.
Finalmente caminó 5 kilómetros hasta el entonces poblado del Oro, donde dejó a su hermanita en una casa.
Lo vio el médico local que ordenó su internación inmediata en el hospital departamental de Treinta y Tres; pero recién al otro día, un automóvil particular de un habitante de Vergara (poblado cercano) arribó al lugar para trasladar a Dionisio.
La leyenda popular lo reconoce como el héroe de Arroyo del Oro.