El entonces expresidente y senador vitalicio declaró:[1] Esta situación no se puede ocultar.
El golpe militar es censurable y condenable en toda forma, pero sería ingenuo pensar que se trata solamente de una aventura de unos cuantos ambiciosos que por su cuenta se lanzaron precipitadamente y sin darse cuenta de aquello en que se estaban metiendo.
[2] Rafael Caldera se negó a firmar la suspensión de garantías propuesta por CAP.
[2] Posteriormente se postuló a las elecciones presidenciales de 1993 e hizo la promesa electoral de dar la amnistía a los rebeldes y golpistas del 4F, entre los que se hallaba Hugo Chávez, cumpliendo su palabra en 1994, tras asumir como presidente para su segundo y último gobierno.
[4] Caldera después escribió en un artículo en El Universal que se había arrepentido del indulto a Chávez.