Discurso de Rafael Caldera de 1992

El entonces expresidente y senador vitalicio declaró:[1]​ Esta situación no se puede ocultar.

El golpe militar es censurable y condenable en toda forma, pero sería ingenuo pensar que se trata solamente de una aventura de unos cuantos ambiciosos que por su cuenta se lanzaron precipitadamente y sin darse cuenta de aquello en que se estaban metiendo.

[2]​ Rafael Caldera se negó a firmar la suspensión de garantías propuesta por CAP.

[2]​ Posteriormente se postuló a las elecciones presidenciales de 1993 e hizo la promesa electoral de dar la amnistía a los rebeldes y golpistas del 4F, entre los que se hallaba Hugo Chávez, cumpliendo su palabra en 1994, tras asumir como presidente para su segundo y último gobierno.

[4]​ Caldera después escribió en un artículo en El Universal que se había arrepentido del indulto a Chávez.