[cita requerida] El término se utiliza para indicar una reducción en la presión de la selección natural en el ser humano de nuestros días.
El hombre primitivo vivía en un ambiente hostil y poco confortable, y convivía de cerca con la posibilidad de la extinción, hecho que se traducía en una selección natural extremadamente rigurosa, que mantenía una baja frecuencia de genes nocivos y promovía una adaptación cada vez más precisa a su ambiente.
El resultado fue una distensión de la selección natural y un aumento de la variabilidad genética, ya que muchos genotipos que resultaban inviables en tiempos primitivos ahora tienen posibilidades de supervivencia y reproducción (por ejemplo, personas con miopía y con diabetes habrían tenido poca probabilidad de supervivencia hace 50 mil años).
Esto hace que esas características aumenten su frecuencia fenotípica.
[2] Si bien algunos consideran a estas características como defectos que se acumulan en la humanidad (llegando a argumentar que dicha acumulación podría causar en el mediano plazo la extinción de la especie), también pueden ser interpretados como características que simplemente se adaptan a un nuevo medio con disponibilidad de tecnología, por lo que en contraposición al caso anterior podría decirse que se ha generado un nuevo sistema evolutivo a raíz del ser humano e igualmente paralelo al natural en el que por razones diversas un individuo podría predominar sobre otro (por ejemplo personas con desórdenes sociales y trastornos mentales tienen menos posibilidades de supervivencia que en el entorno natural de hace 5000).