Dolarización de pasivos internos

Es importante tener en cuenta que la DPI no se refiere exclusivamente a la denominación en dólares de Estados Unidos, ya que abarca cuentas denominadas en otras divisas consideradas fuertes que se cotizan internacionalmente, tales como la libra esterlina y el franco suizo, el yen y el euro (y algunas de las predecesoras de esta última, en especial, el marco alemán).

[4]​ En un entorno económico que presente tales características, la moneda del país (a menudo conocida, genéricamente, como “peso”) no actúa ni como medio de cambio ni como reserva de valor predecible.

Entre dichos estudios, Berkmen y Cavallo (2007)[3]​ no encuentran elementos que permitan concluir que una intervención más activa en los mercados cambiarios foráneos (como por ejemplo, una mayor medida de fijación) conduzca a una mayor dolarización de los pasivos.

[5]​ Por ejemplo, en economías con un régimen de cambio fijo o administrado rígidamente, un cambio abrupto del régimen puede poner al descubierto la exposición de actores económicos que no se han protegido contra el riesgo cambiario.

Existe un acuerdo generalizado de que controlar la inflación es importante, ya que la incertidumbre producida por la inflación constituye quizás el determinante individual más importante de la DPI.

Aun así, reducir la inflación por sí sola no se considera, en general, suficiente para lograr la desdolarización, dado que economías con elevados niveles de DPI pueden exhibir "histéresis" (véase concepto en inglés hysteresis) una vez que los actores ajustan sus expectativas y conductas a las transacciones denominadas en divisas extranjeras.

A la fecha, únicamente dos países, Israel en los años 80 y 90, y Polonia en los 90, han logrado llevar a cabo la desdolarización sin producir consecuencias negativas generalizadas; ambos países lograron la transición combinando desinflación con un anclaje firme del tipo de cambio.

En años recientes se ha venido reavivando el interés en el crédito en moneda nacional, especialmente en América Latina, y hay estudios que demuestran que la deuda del sector público se ha venido haciendo de hecho menos dolarizada.