[1] Fue descubierto en la finca La Lobita en 1922 por Armando de Soto, iniciándose inmediatamente las excavaciones, que duraron tres años, terminándose con un estudio de Hugo Obermaier.
Está en buen estado de conservación, pese a que fue expoliado, encontrándose en las excavaciones ocho cuerpos, colocados en cuclillas con sus ajuares correspondientes.
[2] En este estudio se pudo fijar mediante dataciones de carbono 14, la fecha de su construcción hacia finales del tercer milenio.
Está orientado de Levante a Poniente, de tal manera que los primeros rayos de sol en el equinoccio, avanzan por el corredor y se proyectan en la cámara durante unos minutos.
Todas sus piedras están talladas, pintadas o grabadas (a veces fracturadas, por el reciclaje de piedras del anterior monumento).