Sus miembros mantenían un elitismo excluyente y entre los componentes más conocidos de este grupo encontramos a los escritores Eduardo Marquina, César González-Ruano, José María Pemán y Agustín de Foxá.
Precisamente Conde resaltó de ella que había sido apoyada por Juan Ramón Jiménez.
Sus versos están llenos de luz, ritmo e imágenes sensitivas y melódicas que se caracterizan por su estética impresionista y por la abundancia de exclamaciones e interrogaciones retóricas.
[5] Su segundo poemario, Siempre (1943), es una obra más madura que mantiene la querencia por el esteticismo y esencialismo tan característicos de la poesía pura.
Como nota curiosa, cabe destacar que contiene una elegía a José Antonio Primo de Rivera.