El término «Domingo Sangriento» fue creado y alimentado por los oficiales propagandistas Nazi.
Seguiría siendo parte del Imperio Alemán hasta el final de la Primera Guerra Mundial.
Durante el período de entreguerras, la población alemana disminuyó aún más.
Adolf Hitler revitalizó el movimiento Völkisch, haciendo un llamamiento a los alemanes que viven fuera de Alemania.
Los nazis alegaron que las peores atrocidades se produjeron el 3 de septiembre en Bydgoszcz.
En los hogares donde se encontraron armas, las personas fueron objeto de ejecuciones sumarias y otras atrocidades.
[cita requerida] Las muertes fueron continuadas por ciertas represalias y opresiones, incluyendo una «limpieza» de población polaca.
Según el historiador alemán Christian Raitz von Frentz, 876 polacos fueron juzgados por un tribunal por su implicación en los eventos del Domingo Sangriento antes del fin de 1939 y 87 hombres y 13 mujeres fueron sentenciados sin el derecho a apelar.
Asimismo, argumentan que las bajas civiles pudieron haber ocurrido cuando la ciudad estuvo siendo atacada por la Fuerza Aérea Alemana (Luftwaffe).