Se la conoce también como iglesia de la Guarnición Real y pertenece al English Heritage como monumento planificado.
En 1540 pasó, como otros muchos edificios religiosos, a manos del rey Enrique VIII, y hasta 1560 se utilizó como arsenal.
A partir de ese año, la residencia del gobernador militar local se instaló en una mansión cercana.
En 1662 la mansión acogió la boda del rey Carlos II y la princesa Catalina Enriqueta de Braganza.
La iglesia siguió degradándose hasta 1865, cuando se llevó a cabo un nuevo proyecto de restauración dirigido por G.E.