Casi todos ellos realizaron estudios superiores y tres de sus hermanas ejercieron como maestras.
Cano se convirtió en la primera alumna titulada en la especialidad Ciencias Químicas de esta universidad.
No usurpa aquella derechos ajenos ni al instruirse altera el orden natural establecido por Dios.
[3]Cano no entró en debates sobre su significado e implicaciones sino que utilizó este planteamiento como estrategia para que las mujeres pudiesen acceder a espacios científicos, cerrados hasta el momento para ellas.
[7] Al año siguiente, en 1916, fue invitada por el Ateneo Científico Escolar de Zaragoza a pronunciar el discurso inaugural del curso, que llevaba por título Formación científica de la mujer.