Con el tiempo, pasó a ser una de las artistas intelectuales femeninas europeas más importantes del siglo XX.
Fue en este momento cuando se especializó en retrator y fotografía en el ámbito de la moda.
La galería tuvo tanto éxito que abrieron otro estudio en París en 1924, gracias a la popularidad conseguida entre los aristócratas.
Cuando los alemanes invadieron Francia huyó a un convento en el campo y vendió su estudio en París.
En 1907 estableció su propio estudio con Arthur Benda en Viena llamado Atelier d'Ora o Madame D'Ora-Benda.
El nombre se basó en el seudónimo de "Madame d'Ora", que usaba profesionalmente.
Madame d’Ora obtuvo también mucho reconocimiento al exponer con Gustav Klimt y Egon Schiele.
Mantuvo lazos estrechos con Cristóbal Balenciaga (quien le mandaba a sus modelos antes de los desfiles para que las fotografiase), Madame Agnès y grandes editores de revistas femeninas, como Vogue París, Vanity fair y Tatler.
Tras la liberación del país 1944, regresó a la capital donde clientes adinerados suyos la buscaron.
Este evento histórico, al igual que en los artistas del momento, marcó un punto de inflexión en su obra, pues se vio otro viraje más en su producción artística, pero esta vez uno más oscuro.
Por encargo de la ONU estuvo retratando a desplazados y refugiados en una monumental serie fotográfica.
Alabada por muchos artistas del momento, ¿cómo es que su obra y figura cayeron en el olvido?
Dora Callmus y otros fotógrafos de estudio utilizaron varios efectos técnicos en su trabajo.