Más tarde continuó como primer ministro del Gobierno yugoslavo en el exilio durante parte de la guerra.
Durante bastante tiempo, Simović había sido contrario a la excesiva influencia de la Alemania nazi en los Balcanes, y formuló con otros diversos planes de defensa para una eventual invasión alemana.
El gobierno de Simović se negó a ratificar el Pacto Tripartito pero no lo rescindió.
[2] El alto mando alemán contaba con poder aplastar rápidamente Yugoslavia, mantener escasas tropas de ocupación y utilizar al máximo a sus aliados del Eje.
[2] El Gobierno de Simović, que no podía contar con la lealtad de parte de las tropas croatas, se encontraba con un ejército formado en su mayor parte por reclutas inexpertos y había elegido una estrategia defensiva equivocada por motivos políticos (defensa perimetral para proteger Eslovenia y Croacia), fue rápidamente derrotado por las tropas del Eje.