Dulero

A cambio recibía un estipendio por sus servicios.

Es habitual, y normal, asimilarlo a la mera figura del pastor.

Pero la principal diferencia que le hace merecedor de una denominación propia estriba en que suplía una función muy valiosa para las exiguas economías domésticas del medio rural.

Ante la imposibilidad material de mantener simultáneamente campos y ganados por parte de muchos labradores los municipios procuraban ordenanzas que regulaban tal profesión.

[1]​[2]​ En la literatura contemporánea quien mejor representa el oficio de dulero[3]​ era el personaje Pedro, el pastor amigo de Heidi que muchos lectores recordarán.

El amigo de Heidi , Pedro, encarna de buena forma el oficio de dulero
Ganado vacuno pastando en las montañas