Duos habet et bene pendentes

El mito sobre el ritual se creó en relación con una famosa leyenda medieval, el caso de la papisa Juana.

Numerosas obras, tanto eruditas como literarias, habían recogido dicha leyenda, en la que supuestamente una mujer se hizo pasar por hombre y pudo ocupar el papado a mediados del siglo IX, durante unos dos años, hasta que en plena procesión desde San Pedro del Vaticano a San Juan de Letrán dio a luz un niño y su engaño se descubrió.

Para ello, presuntamente se sentaría en una silla especial, la sedia stercoraria, con un agujero en el medio por la que se deslizaban los genitales y un joven diácono comprobaría su virilidad.

Otros, aseguran que fue por el mismo sobrenombre aplicado a Marozia, la autoritaria amante de Juan XI.

[cita requerida] En el Museo Vaticano se conserva la famosa sedia stercoraria, expuesta a los visitantes.

Prueba de masculinidad del papa Inocencio X al asumir el pontificado