La economía en Timor Oriental, que generalmente está considerada la nación más pobre del mundo, en la actualidad enfrenta una serie de problemas en su intento de reconstrucción después de la devastación sufrida por el país al buscar su independencia.
La disminución de la ayuda internacional condujo a una reducción del producto interno bruto (PIB) durante el período 2002-2004.
Mucho del modestamente productivo sector agrícola, originalmente basado en cultivos de subsistencia, fue convertido bajo supervisión internacional en cosechas para exportación.
Este proyecto fracasó finalmente, principalmente debido a los bajos precios internacionales de las cosechas seleccionadas para exportación como el café, que estaba en su punto más bajo en veinte años.
Se estima que hasta el 50% de la población está desempleada.