Afirman que las decisiones tomadas por los líderes fascistas no se pueden explicar dentro de un marco económico lógico.
A cambio, el gobierno siguió políticas económicas que maximizaban las ganancias de sus aliados comerciales.
La pérdida es pública y social.»[17] Los gobiernos fascistas alentaron la búsqueda del beneficio privada y ofrecieron muchas concesiones a las grandes empresas; pero, a cambio, demandaron que toda la actividad económica debía servir para el interés nacional, es lo expresado en sus puntos o manifiesto, pero la realidad demuestra que no fue así.
[19] A menudo, diferentes miembros de un partido fascista daban declaraciones completamente opuestas sobre las políticas económicas que apoyaban.
[20] Una vez en el poder, los fascistas adoptaban generalmente cualquier programa económico que creyeran más adecuado para cumplir sus objetivos políticos.
[23] El fascismo defiende el rol del Estado como mediador en las relaciones entre estas clases (contrariamente a la visión de los capitalistas liberales).
[25] El fascismo fue altamente militarista y, como tal, los gobiernos fascistas a menudo incrementaron significativamente el gasto militar.