Bajo condiciones terrestres normales, cuando los objetos se mueven debido a una fuerza gravitacional constante, un conjunto de ecuaciones dinámicas describen las trayectorias resultantes.
Por ejemplo, la ley de gravitación universal se simplifica a F = mg, donde m es la masa del cuerpo.
La rampa disminuía la aceleración lo suficiente como para medir el tiempo que tardaba una bola en llegar a una distancia determinada.
Felix Baumgartner saltó desde 38.969,3 metros y batió el récord de caída libre alcanzando 1357,64 km/h.
Por ejemplo, las ecuaciones no son válidas para una pluma, que tiene una masa baja pero una gran resistencia al aire (en ausencia de una atmósfera, todos los objetos caen a la misma velocidad, como el astronauta David Scott demostró al dejar caer un martillo y una pluma en la superficie de la Luna).
Las ecuaciones también ignoran la rotación de la Tierra; por esta razón, el efecto Coriolis no es tenido en cuenta.
Esta ecuación debería ser usada cuando haya una variación significativa de la aceleración gravitacional durante la caída.